Quienes convivimos con gatos sabemos cuánto amor, compañía y alegría traen a nuestros hogares. Por eso, es natural preocuparse cuando escuchamos palabras como «toxoplasmosis» o «Toxoplasma gondii». Pero no te alarmes: estar informado es el primer paso para proteger tanto a tu gato como a tu familia, sin necesidad de cambiar tu relación con él.
¿Qué es el Toxoplasma gondii?
El Toxoplasma gondii es un parásito microscópico que puede vivir dentro de muchos animales, incluidos los humanos, pero que solo en los gatos puede reproducirse sexualmente y liberar sus formas infecciosas (llamadas ooquistes) a través de las heces. Aunque suena preocupante, la mayoría de los gatos infectados no presentan síntomas y muchos jamás lo llegan a tener.
Lo importante es entender cómo se transmite, en qué casos puede representar un riesgo para las personas, y cómo puedes prevenirlo sin dejar de disfrutar del amor nuestro amigo felino.
¿Está mi gato en riesgo?
Si tu gato vive exclusivamente dentro de casa, no caza ratones ni pájaros y se alimenta con comida seca, natural o enlatada, el riesgo de que se infecte con Toxoplasma gondii es muy bajo. La principal forma en que los gatos se contagian es al comer presas infectadas. Por eso, los gatos que tienen acceso al exterior o comen carne cruda están más expuestos.
Aun así, es recomendable realizar controles veterinarios periódicos y considerar una prueba serológica para conocer si tu gatito ha estado expuesto al parásito.
¿Qué pasa si mi gato ha estado expuesto?
Una prueba de sangre puede mostrar si tiene anticuerpos contra el parásito. Si es así, quiere decir que ya pasó por una infección y es poco probable que vuelva a eliminar ooquistes. En cambio, un gato que nunca ha sido expuesto y se infecta por primera vez podría excretar ooquistes durante un par de semanas, lo que representa un momento clave para actuar con precaución.
Esta información es especialmente útil si en casa hay una mujer embarazada, un bebé, un adulto mayor o una persona con defensas bajas, ya que esos grupos son más sensibles a los efectos de la toxoplasmosis.
¿Cómo sé si mi gato está enfermo?
En la mayoría de los casos, los gatos no presentan síntomas. Pero si llegara a mostrar signos como fiebre, apatía, problemas respiratorios, inflamación ocular o temblores, es importante acudir al veterinario. Si se confirma la toxoplasmosis, el tratamiento suele incluir antibióticos como la clindamicina, y con un diagnóstico temprano el pronóstico suele ser muy favorable.
Cuidados para mantener a tu gato sano y tu hogar protegido
Cuidar a tu gato del Toxoplasma gondii es más fácil de lo que parece y no requiere grandes esfuerzos, solo hábitos constantes. Lo más importante es mantenerlo dentro de casa, lejos de la posibilidad de cazar roedores o aves, que son las principales fuentes de contagio del parásito. Además, asegúrate de alimentarlo exclusivamente con comida —seca o enlatada— y evita ofrecerle carne cruda o restos de alimentos, ya que también podrían estar contaminados.
Otro punto clave es la higiene: limpia su arenero todos los días, ya que los ooquistes del parásito solo se vuelven infecciosos después de 1 a 5 días. Una rutina diaria de limpieza reduce casi por completo el riesgo. Si estás embarazada o tienes las defensas bajas, usa guantes desechables y lávate muy bien las manos después. Finalmente, no olvides que un gato sano es un gato fuerte: una buena alimentación, visitas regulares al veterinario y, si lo deseas, suplementos como probióticos, ayudan a mantener su sistema inmunológico listo para defenderse de cualquier amenaza.
¿Y si estoy embarazada?
Una de las preocupaciones más comunes es qué hacer con un gato durante el embarazo. La buena noticia es que no necesitas alejarte de tu gato. Lo ideal es que otra persona se encargue de limpiar el arenero, pero si no es posible, usa guantes desechables, evita tocarte la cara y lávate las manos después. Con esos cuidados, no hay razón para interrumpir tu relación con tu gato.
Más común de lo que pensamos (pero controlable)
Según los CDC, millones de personas han estado expuestas al Toxoplasma gondii, pero la mayoría nunca desarrollan síntomas, gracias a que su sistema inmune lo mantiene bajo control. Sin embargo, en casos particulares, el parásito puede causar síntomas más graves o incluso instalarse en el sistema nervioso y permanecer latente.
Por eso, la clave es la prevención y el cuidado, no el miedo.
Cuidar a tu gato es cuidarte a ti
La toxoplasmosis se puede prevenir fácilmente con hábitos simples. Entender cómo se transmite el Toxoplasma gondii, conocer los riesgos reales y actuar con amor y responsabilidad hará que tu gato siga siendo un miembro sano y feliz de tu familia. Porque cuando lo cuidas a él, también te estás cuidando tú.