Problemas como pancreatitis, obesidad o hígado graso son solo algunos de los problemas que puede tener los felinos al ingerir pan de grandes cantidades.
El gato es un animal estrictamente carnívoro por lo que su dieta debe estar basada en proteínas. Es muy importante que dentro de su alimentación esté presente la taurina, un aminoácido que está en las carnes. Las grasas, la vitamina A y un alimento bajo en fibra también son nutrientes esenciales para que el gato esté sano.
El pan contiene un alto porcentaje de harina de trigo, levadura, azúcar, mantequilla, leche y huevos, y en su elaboración se convierte en un producto con alto niveles de carbohidratos que puede aportar algunos beneficios a las personas, pero que a estos animales les ocasionan deficiencias nutricionales y efectos muy negativos.
Su consumo habitual desequilibra su sistema digestivo y los lleva a sufrir de enfermedades como la obesidad, el problema más frecuente que aumenta si el animal es sedentario, provocando otras afecciones como el hígado graso, la pancreatitis y problemas del corazón. Otra de las enfermedades es la diabetes, provocada por el consumo del azúcar.
De acuerdo con expertos, es recomendable sacar el pan de la dieta del gato y sustituirlo por otro más adecuado para su alimentación que contenga los nutrientes de calidad que necesita como vitaminas, minerales y ácidos grasos.
Hoy existen muchos recursos para ofrecer golosinas o premios a tu gato. Desde pequeñas piezas de carne o salmón, latas de comida húmeda o productos que puedas encontrar en tiendas especializadas para alimentos de mascotas.
